NUEVA Colección
Hace mucho, mucho tiempo, en el monte habitaba una dríade o ninfa de los bosques llamada Dafne. Su espíritu cuidaba del bosque y duraría tanto, como la vida del árbol al que estaba más unida. Dafne vivía correteando entre los árboles, sus pies descalzos acariciaban el musgo, las hojas bailaban a su alrededor. Despeinada por el viento se sentía feliz, en unión y alianza con la naturaleza, libre. Esta era la vida que ella siempre soñó.
La disputa de ego entre dos hombres, Apolo y Eros. llevó a Eros a urdir un plan fatídico. Eros disparó dos flechas. Una flecha de plomo acertó en el corazón de nuestra feliz ninfa, la hizo rehuir del amor, la privó de su libertad de decisión y de uno de los sentimientos más bonitos que existen, sino el más. Otros decidieron por ella.
La otra flecha, de oro, provocó que Apolo la persiguiera sin descanso bajo el pretexto de un gran enamoramiento. Lo que sabemos que es un falso amor, mal entendido, tóxico y destructivo.
Desesperada huyó y corrió hasta quedarse sin fuerzas. Entre llantos tomó una decisión. Se acabó huir, era el momento de renacer y decidir por si misma. Con una metamorfosis podría ocultarse y burlar así este cambio en el destino propiciado por Eros. No por ellos, no por miedo, ni sacrificio, por ella, porque la libertad se elige y echa raíces. Su padre, que era un hombre bueno, la ayudó.
Su cuerpo se cubrió de pequeños brotes, su piel se torno corteza, sus pies se hundieron en la tierra. En árbol se convirtió y su belleza siempre la acompaño.
Consiguió así su propósito y reescribió su destino. Como árbol que es nunca ha dejado de reverdecer y siempre será parte del bosque.
Lo que poca gente sabe, es, que cuando nadie la ve vuelve a ser la ninfa de carne y hueso que baila con el viento entre los árboles.


Con esta colección le rindo homenaje a las mujeres para que recordemos que no estamos solas, que somos libres, que podemos vivir como deseemos y que nadie debe decidir por nosotras. Siempre podemos cambiar el destino, reverdecer y florecer de nuevo. Siempre seremos bellas, pues la naturaleza lo es y somos parte de ella.

Para dar forma a estos sentimientos reinterprete en plata un pequeño brote, como los que crecieron en Dafne. También modele una silueta de mujer adornada con pequeñas hojas.
Unas piezas que nos recuerda la unión y alianza entre la mujer y la naturaleza, su fuerza y su belleza.
Dafne somos todas